Existen varias causas para los problemas de la columna vertebral en el área cervical. La degeneración del disco cervical se produce a medida que envejecemos. Las lesiones, el desgaste diario y la genética también contribuyen a este proceso.
La degeneración consiste en el daño que se produce en el disco cervical, que consecuentemente puede hacerse más estrecho o herniarse. Esto provoca síntomas de dolor, entumecimiento, cosquilleo y/o debilidad en los brazos o en los hombros, y puede también provocar dolor de cuello. Los tratamientos disponibles están dirigidos a tratar estos síntomas y no representan una cura para el proceso degenerativo.
Se puede tratar una gran cantidad de síntomas sin cirugía con métodos que incluyan medicamentos, reposo, calor, electroterapia y fisioterapia. Si los síntomas no mejoran con otros métodos no quirúrgicos, es posible que el médico le sugiera realizar una cirugía de columna vertebral.
En la columna vertebral cervical (cuello), la cirugía a menudo se lleva a cabo a través del método frontal del cuello, extirpando el disco dañado y los tejidos que compriman la médula ósea y/o los nervios. Luego el cirujano implantará un dispositivo que ayude a estabilizar la articulación.
La PCF es una técnica que consiste en unir los huesos de la parte posterior de la columna vertebral cervical. Con el tiempo estos huesos se fusionan, reduciendo el movimiento doloroso o la compresión de la médula espinal. Los beneficios para el paciente son la estabilización, posible reducción del dolor, la reducción de la degeneración continua y el mantenimiento de la estabilidad después de una laminectomía (cirugía para extirpar la lámina o la parte posterior de la vértebra que cubre el conducto raquídeo aliviando la presión sobre la médula espinal o los nervios).